Ya he hablado, de lo que pienso del empecinamiento de los problemas de los empresarios con sus empresas.
Como dije en otro post, realmente, un
empresario capaz, tiene como deberes, saber cuando tiene que cerrar
su empresa, si es que esto tiene que suceder. Y antes de continuar
con esto, me gustaría exponerlo de otro modo;
Imaginemos que tenemos una empresa que
se dedica a la venta de golosinas, y vendemos caramelos y piruletas.
En un momento dado, deja de ser rentable vender piruletas, y comienza
ser mejor, vender chupacups, se deja un producto y se pasa al otro
sin más problema, ¿cierto?
Las empresas salvando las distancias,
son exactamente igual. Ya he comentado que tienen un periodo de vida
determinado, no son eternas, y debemos de estimar los parámetros de
rentabilidad a fin de saber cuándo son rentables tenerlas abiertas y
cuando no.
Esto, la verdad, es que da para
escribir mucho, pero como el tema del presente post es otro, ya
abordaré otros aspectos relativos al cierre, y me centro en la venta
de empresas en quiebra.
El mercado de las empresas, es muy
diverso. Imaginemos un estante de de una tienda, llena de los
distintos tipos de variantes de un producto, por ejemplo, calcetines:
con distintas formas, con distintos diseños, en distintos
materiales, en distintas tallas, con distintos embalajes, marcas,
packs...
y hablamos de un sólo producto...
bueno, con el mercado de empresas sucede lo mismo. Hay mercado para
todo tipo de empresas, en diferentes situaciones.
El mercado de empresas en quiebra,
existe, y es una de esas variantes del mercado mayor de compraventa
de empresas.
La particularidad de una empresa en
quiebra, es que estamos tratando con una empresa que puede adquirir
dos cauces a partir de ahora: o “reparar” la empresa,
“reflotarla” o cerrarla. Dentro de estos dos supuestos, también
hay múltiples casos y opciones, pero, eso queda del lado del que
compre. ¿quien compra este tipo de empresas? Eso son ya palabras
mayores.
Emprender la aventura de vender una
empresa en quiebra o con dificultades sin conocer el territorio que
se está pisando, tiene su riesgo, y no hablo por hablar. Lo mejor
que se puede hacer, es ponerse en manos de los profesionales que se
ocupan normalmente de este tipo de operaciones. Existe un circuito de
intermediarios, que está acostumbrado a trabajar directamente con
grupos de inversores interesados en adquirir empresas quebradas o con
problemas de forma regular.
En mi actividad profesional, cuando se
trata de vender una empresa quebrada, o con deudas, cuento con el
gabinete de Miriam de la Cierva, página web aquí que está especializado en este tipo
de operaciones.
Así, este tipo de compraventas, tienen
un cauce dentro de un mercado establecido, muy definido.
Aunque el asunto da para mucho, quiero
quedar patente que si no se comenten actos profundamente
anticomerciales, como desvariar en el precio, se pueden hacer este
tipo de operaciones sea cual sea el estado de de la empresa a vender.
Por ejemplo, en el caso que la empresa,
valga menos, que la deuda que porte, también se puede hacer una
operación activo por pasivo. Este tipo de operaciones, consisten en
realizar la transacción tomando el que vende la empresa, como pago,
que se haga cargo d ella deuda y responsabilidades derivadas de la
misma el comprador de la empresa, así, liberándose de
responsabilidades y quedando libre para emprender otra, o atender las
empresas “sanas” que tenga.
Como apunté anteriormente, el tema da
para mucho, en los próximos días ampliaré más información.
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